Según el doctor F. Olivan Bayle, las murallas de Rubielos debieron construirse durante la conocida “Guerra de los dos Pedros”, entre Pedro I “El Cruel” de Castilla y Pedro IV “El Ceremonioso” de Aragón (entre 1356 y 1369).

La muralla de Rubielos llegó a contar con siete accesos, torres puerta, de los que tan solo quedan dos: El de San Antonio y el del Carmen. A finales del siglo XIX se derruyeron cuatro: El del Tinte o Barberanes, el de Pocetas, el del río y un poco más tarde también el de San Roque. El último en caer fue el portal de la Parada en 1941.

Portal de San Antonio

El portal tiene planta cuadrangular con almenas y el acceso en arco ligeramente apuntado. La parte exterior cuenta con un balcón volado o barbacana de carácter meramente defensivo. Está edificado en piedra sillar y mampostería presentando una venta a media altura, flanqueada por saeteras. En el pasadizo con bóveda de cañón de acceso se conservan los mechinales de las barras que cerrarían la puerta, así como el hueco del rastrillo. Detrás del torreón se localiza la antigua puerta – hoy cegada – en altura, a la que se accederían mediante escaleras.

El portal de San Antonio, de estilo gótico medieval, se trata de la principal entrada a la villa, conservándose en muy buen estado. Por esta puerta accedían al pueblo las personas ilustres (nobles y autoridades).

La torre ha sufrido varias reformas. En 1664 se cerró la puerta que daba acceso al interior, siendo retirada en 1884. En 1973 fue reconstruido el balcón o matacán, apoyado sobre tres salientes ménsulas de piedra escalonadas y perforado por saeteras, así como la colocación de una reja en la parte que da al exterior.

Portal del Carmen

El portal del Carmen se encuentra frente al camino de las Monjas. Se trata de la segunda torre que queda en pie de la muralla que rodeaba la villa medieval. El acceso es en arco de medio punto sobre el que se ha restaurado el escudo de la villa: barras de Aragón y Valencia, zarza- de «Rubus Idoeus”, castillo de villa fortificada y corona real de Pedro IV “El Ceremonioso”.

A ambos lados del escudo hay dos saeteras y en la parte superior prescinde de la barbacana que veíamos en el otro portal. Sobre uno de los merlones de la almena, José Gonzalvo colocó en el siglo XX un búho de forja para deleite de los visitantes .

También ha sufrido varias reformas. En su interior se encuentra una capilla barroca dedicada a la Virgen del Carmen. Sobre la capilla se erige una hornacina con la imagen de San José.