El noble edificio de la Casa Consistorial de Rubielos de Mora constituye uno de los elementos arquitectónicos emblemáticos del patrimonio de la villa, declarado Bien de Interés Cultural desde 1983. Se trata de uno de los edificios civiles renacentistas más monumentales que conforman el Conjunto Histórico-Artístico de la localidad. El edificio se construyó como lonja o mercado en el que se comerciaban productos de la zona (agrícolas, lana y tejidos…). En la parte alta del mismo se encontraba el granero o silo, donde actualmente se localizan las instituciones del Ayuntamiento.

PATIO INTERIOR

La concordia para su construcción se firmó en 1523, encargándole la obra al vizcaíno Pedro de la Hoya y terminándose las mismas  en el año 1571. La Casa fue realizada en mampostería combinada con sillería en los ángulos, puertas y ventanas y fachada principal. Consta de una planta rectangular y dos alturas. La planta baja destaca por la presencia de una lonja abierta, sustentada por arcos de medio punto, que ocupa dos de las cuatro crujías. En las dos restantes se desarrolla una escalera original del año 1630 que da acceso a la planta noble, donde se encuentran las dependencias municipales y el conjunto de la antesala y Salón de Sesiones.

La pequeña cárcel que se aprecia era para exposición, aquí se encerraba a los que cometían algún delito, para que todos lo viesen, pues en aquella época era una forma de humillación, al igual que el tener que agacharse para entrar por esta puerta tan baja. Después se les trasladaba a la cárcel vieja en espera de condena, que estaba en el antiguo castillo en el Barrio del Campanar. La reja pertenecía al Convento de las Madres Agustinas.

 PEDRO IV

En el patio se conservan restos del empedrado original  rodeando la fuente y a la entrada, donde se encuentra la escultura de Pedro IV,  obra del escultor rubielano José Gonzalvo. Pedro IV fue un rey aragonés famoso por su resistencia frente a las tropas castellanas, quien concedió a Rubielos el título de villa en el año 1366 como premio a su resistencia frente a las tropas castellanas. Esto supuso que sus habitantes no tuvieran que pagar impuestos durante un gran período de tiempo, lo que supuso la instalación de tantos nobles. 

Además, les favorecía que la villa estuviese amurallada de forma que sus bienes quedaban protegidos. Estos nobles llegaron de Navarra, Cataluña, y País Vasco, quienes levantaron su casa-palacio y controlaban un comercio floreciente. Es por ello que a la villa de Rubielos se le empezase a conocer como “La Corte de la Sierra”.